3 huevos
100 g azúcar blanca (½ taza)
80 g yogur
natural (1/3 taza)
70 g aceite
de girasol (1/3 taza)
140 g harina de trigo todo uso (1 1/8 taza)
150 g nuez de castilla (1½ taza)
10 g polvo
para hornear (2 cucharaditas)
1 pizca de
sal
1 molde de
22 cm de largo x 12 cm ancho y 6 cm alto
1 tira de
papel para hornear
c/n aceite en aerosol (para engrasar el molde) o
engrasar y enharinar de manera tradicional
Procedimiento:
1.- Estoy utilizando nuez de castilla, pero sin problema pueden utilizar nuez pecana.
La vamos a triturar, yo lo he hecho en un pequeño mini bullet que tengo, pero puede ser en la licuadora o en un molino de café, en cualquiera de ellos les recomiendo hacerlo en pequeñas cantidades y siempre hacerlo en pausas, mezclando entre ellas, ya que si lo hacemos sin parar, los aceites naturales de la nuez harán que quede una pasta y no harina como la necesitamos.
Nos quedará una harina gruesa.
2.- Con el aceite en aerosol engrasamos nuestro molde, colocamos al fondo la tira de papel, también pueden engrasar y enharinar de manera tradicional, reservamos un momento.
3.- En el tazón de la batidora colocamos huevos, azúcar y vamos a batir hasta que la mezcla se vea esponjosa y tenga un color pálido.
4.- Agregamos el yogur natural y seguimos batiendo.
5.- Añadimos el aceite poco a poco y batimos.
6.- Sobre el tazón cernimos harina de trigo, polvo para hornear, sal.
Agregamos la harina de nuez y trabajamos a integrar todo, hacerlo solo por unos segundos para no desarrollar el gluten y nuestro panecito nos quede suave y esponjadito.
Si falto algo de harina por integrar, háganlo con ayuda de una espátula.
7.- Colocamos la mezcla en nuestro molde.
8.- Hornearnos a 180°C por aproximadamente 35 minutos, realicen la prueba del palillo pasados 30 minutos.
Recuerden que siempre es importante precalentar nuestro horno por al menos 15 minutos, para que cuando llevemos nuestro panecito al horno este ya esté a la temperatura indicada.
Al salir del horno, dejamos enfriar por 8 minutos en el molde y desmoldamos, colocamos sobre una rejilla y dejamos enfriar completamente.
Es un pan suave, esponjadito y con un delicado sabor
a nuez de castilla, que seguro les encanta.
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